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La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico ha incoado el procedimiento para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Catalogación General, el inmueble denominado ‘El Gallo Azul’, ubicado en Jerez de la Frontera.
Este edificio, diseñado por Aníbal González, destaca no sólo por los valores arquitectónicos, históricos, artísticos y etnológicos que posee sino, también, por los rótulos luminosos -de Fino Tío Pepe y FUNDADOR- que lo integran.
Situado en el número 2 de la Calle Larga de Jerez de la Frontera, el inmueble conocido tradicionalmente por el nombre del restaurante en él ubicado ‘El Gallo Azul’, es una singular construcción de carácter regionalista que hoy se identifica como uno de los elementos constructivos más representativos del casco urbano de Jerez de la Frontera.
Posee un notable interés arquitectónico y fue realizado tras la adjudicación del concurso, promovido por el Ayuntamiento de la ciudad en 1927, a la Casa Pedro Domecq y Compañía que aportaba un proyecto redactado por Aníbal González.
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El proyecto fue especialmente valorado por ocupar el menor espacio para su edificación, cediendo gran parte del solar para espacio público y resolviendo perfectamente el encuentro entre las calles Larga y Santa María.
Promovido por las Bodegas Fundador Domecq, el edificio, que entra a formar parte en el Catálogo General del Patrimonio Histórico, está diseñado en ladrillo aplantillado insertándose dentro del estilo regionalista, con bajorrelieves y elementos cerámicos alusivos a la marca.
‘El Gallo Azul’ forma parte del paisaje urbano del centro de la ciudad, siendo una de las imágenes representativas de la arquitectura de Jerez de la Frontera.
En los años 60 se incorporaron los luminosos de ‘Fino La Ina’ y ‘Fundador’ convirtiéndose desde entonces en un icono de Jerez, escenario de la vida cotidiana de la ciudad.
La inscripción en el Catálogo General como Bien de Catalogación General, implica, entre otros aspectos, que sus propietarios, titulares de derechos y poseedores de los bienes, tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos, de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores.
Asimismo deberán permitir su inspección por las personas y órganos competentes de la Junta de Andalucía, así como su estudio por las personas investigadoras acreditadas por la misma.
Además deberán comunicar a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico la realización de cualquier obra o intervención con carácter previo a las mismas.
En concreto, el edificio presenta una estructura semicircular cuya planta baja queda prácticamente abierta al espacio público con un pórtico de ocho columnas jónicas de mármol blanco, a la que suceden dos cuerpos de orden decreciente.
El primero acogen dos plantas, cuyos balcones se disponen entre pilas-tras corintias, mientras que el segundo, de menor altura, contiene vanos formados por arcos de medio punto.
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El conjunto culmina en estructura semicircular flanqueada por jarras con azucenas de bronce, cuyo centro alberga un altorrelieve del león lamiendo el líquido de una botella rota, uno de los logotipos de la antigua empresa vinatera, del mismo material, sobre un azulejo con la firma promotora.
Sobre las barandillas de los dos cuerpos superiores se disponen sendos luminosos de neón con las letras de ‘Fino Tío Pepe’ y ‘FUNDADOR’, colocadas en los años 60 del siglo XX. Ambos luminosos forman partes integrantes del edificio.
Estos rótulos tienen una altura aproximada de 1,20 metros y un grosor de unos 8 centímetros. Las letras ‘Fino’ son de color azul, mientras que ‘La Ina’ son amarillas. Al iluminarse se observa el neón de color amarillo. Ambas se encuentran en la segunda barandilla del inmueble.
El luminoso ‘FUNDADOR’, colocado en la primera de las barandillas, es de color negro, excepto la letra R, que es de un rojo intenso. Al iluminarse se observa el neón de todas las letras del color rojo.
Este edificio, diseñado por Aníbal González, destaca no sólo por los valores arquitectónicos, históricos, artísticos y etnológicos que posee sino, también, por los rótulos luminosos -de Fino Tío Pepe y FUNDADOR- que lo integran.
Situado en el número 2 de la Calle Larga de Jerez de la Frontera, el inmueble conocido tradicionalmente por el nombre del restaurante en él ubicado ‘El Gallo Azul’, es una singular construcción de carácter regionalista que hoy se identifica como uno de los elementos constructivos más representativos del casco urbano de Jerez de la Frontera.
Posee un notable interés arquitectónico y fue realizado tras la adjudicación del concurso, promovido por el Ayuntamiento de la ciudad en 1927, a la Casa Pedro Domecq y Compañía que aportaba un proyecto redactado por Aníbal González.
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Promovido por las Bodegas Fundador Domecq, el edificio, que entra a formar parte en el Catálogo General del Patrimonio Histórico, está diseñado en ladrillo aplantillado insertándose dentro del estilo regionalista, con bajorrelieves y elementos cerámicos alusivos a la marca.
‘El Gallo Azul’ forma parte del paisaje urbano del centro de la ciudad, siendo una de las imágenes representativas de la arquitectura de Jerez de la Frontera.
En los años 60 se incorporaron los luminosos de ‘Fino La Ina’ y ‘Fundador’ convirtiéndose desde entonces en un icono de Jerez, escenario de la vida cotidiana de la ciudad.
La inscripción en el Catálogo General como Bien de Catalogación General, implica, entre otros aspectos, que sus propietarios, titulares de derechos y poseedores de los bienes, tienen el deber de conservarlos, mantenerlos y custodiarlos, de manera que se garantice la salvaguarda de sus valores.
Asimismo deberán permitir su inspección por las personas y órganos competentes de la Junta de Andalucía, así como su estudio por las personas investigadoras acreditadas por la misma.
Además deberán comunicar a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico la realización de cualquier obra o intervención con carácter previo a las mismas.
En concreto, el edificio presenta una estructura semicircular cuya planta baja queda prácticamente abierta al espacio público con un pórtico de ocho columnas jónicas de mármol blanco, a la que suceden dos cuerpos de orden decreciente.
El primero acogen dos plantas, cuyos balcones se disponen entre pilas-tras corintias, mientras que el segundo, de menor altura, contiene vanos formados por arcos de medio punto.
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El conjunto culmina en estructura semicircular flanqueada por jarras con azucenas de bronce, cuyo centro alberga un altorrelieve del león lamiendo el líquido de una botella rota, uno de los logotipos de la antigua empresa vinatera, del mismo material, sobre un azulejo con la firma promotora.
Sobre las barandillas de los dos cuerpos superiores se disponen sendos luminosos de neón con las letras de ‘Fino Tío Pepe’ y ‘FUNDADOR’, colocadas en los años 60 del siglo XX. Ambos luminosos forman partes integrantes del edificio.
Estos rótulos tienen una altura aproximada de 1,20 metros y un grosor de unos 8 centímetros. Las letras ‘Fino’ son de color azul, mientras que ‘La Ina’ son amarillas. Al iluminarse se observa el neón de color amarillo. Ambas se encuentran en la segunda barandilla del inmueble.
El luminoso ‘FUNDADOR’, colocado en la primera de las barandillas, es de color negro, excepto la letra R, que es de un rojo intenso. Al iluminarse se observa el neón de todas las letras del color rojo.
