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Recuerda Luis Neira, vicepresidente del centro de barrio San José Obrero y vecino de toda la vida, que enfrente del local donde se encuentran actualmente para recoger las demandas de sus vecinos había un huerto de melones, "estábamos en una situación precaria". Dos décadas después, el barrio jerezano es todo un ejemplo de evolución y prosperidad gracias a la iniciativa y auto-gestión de sus vecinos que le ha convertido en el barrio que más ha progresado en el norte de la ciudad.
En el año 2010, durante la legislatura de Pilar Sánchez, la barriada consiguió que se construyera un centro de barrio para poner al servicio la demanda de los vecinos. Desde entonces, se ha convertido en el motor de su actividad diaria. Las instalaciones cuentan con 353 metros cuadrados de ocupación, están dotadas de despachos, un trastero, una sala de usos múltiples, dos aulas de actividades y los aseos. Allí se congregan cuatro asociaciones: La Prosperidad de San José Obrero, La Unión de mayores de San José Obrero, la Asociación de mujeres Sal Marina y la Asociación de mujeres La Esperanza. Además, sirve para otras asociaciones de alrededores o para la comunidad de propietarios de los unifamiliares como la asociación Avenida de Europa y Santa Teresa.
Antonia Reyes, presidenta de este centro de barrio, lleva 12 años elevando altruistamente las demandas y necesidades de sus vecinos al Ayuntamiento. Reconoce sentirse con fuerza para continuar al frente otros tantos años más, sobre todo desde la llegada de Luis Neira como Vicepresidente sumándose a su causa. Su figura surgió para relevar la labor de una gestora junto a sus compañeras de la asociación Sal Marina reivindicando el espacio para los vecinos: "Fuimos las mujeres las que le dimos un nuevo impulso al barrio", reconoce con orgullo.
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Este centro de barrio es hoy día todo un ejemplo de coordinación y convivencia, ya que en él se congregan diversos grupos y asociaciones con sus respectivos intereses. Aburrirse parece difícil si tenemos en cuenta los contenidos: "Tenemos yoga, zumba, baile contemporáneo y baile flamenco, guitarra flamenca, pintura flamenca al óleo, taller de escritura y lectura para adultos, kárate... sólo nos faltaría si se ampliase el local para la asociación juvenil de la Aceptación que sacan el paso todos los viernes de dolores, un sitio para reunirse", añade la presidenta.
Pero el centro de barrio no es solamente un lugar de ocio para sus vecinos. También es la voz que llega al Ayuntamiento de la ciudad para comunicar sus necesidades. Antonia Reyes tira de memoria para enumerar algunos de las mejoras: "Se ha creado la bolsa de aparcamientos, un parque infantil, varias zonas verdes, estábamos en semi-penumbra hasta que hace una semana han levantado cables por todas las calles y ahora hay quien se queja porque hay demasiada luz..."; lo que está por venir a corto plazo: " Se ha aprobado una zona de ocio saludable para hacer deporte al aire libre, se va a rebajar los pasos peatonales para minusválidos y se va a construir un instituto"; y lo que podría llegar más adelante: "Hemos pedido bancos para las paradas de autobuses, recuperar las marquesinas que nos quitaron, una rotonda frente al colegio, un aparcamiento para zonas colindantes, un parque canino o que se cambie el sentido de circulación de algunas calles para facilitar el tráfico".
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Desde hace un año, Antonia Reyes cuenta con el apoyo de Luis Neira, un vecino que se ha criado en el barrio y que ejerce como Vicepresidente del centro. Luis Neira se ha sumado a la causa en beneficio de la barriada, aunque reconoce que la base es mérito mayoritariamente gracias a la labor de la asociación de mujeres: "Ha ido a mejor porque una mujer ha estado al frente de la asociación de vecinos y esa mujer ha luchado porque las mejoras para el barrio sean importante".
En cuanto al trato recibido por parte del Ayuntamiento, si bien es cierto que cada equipo de gobierno gestiona con diferente intensidad la atención a las barriadas, San José Obrero puede presumir de haber sido atendido notablemente: "Estamos muy contentos con el equipo de gobierno actual puesto que cada vez que les llamamos para que nos solucionen un problema, aun sabiendo la situación económica del Ayuntamiento, se están volcando, no solamente nos escuchan sino que además lo solucionan", asegura el Vicepresidente.
En definitiva, una barriada que ha pasado de la precariedad a la prosperidad en apenas unos años dirigidas por la actitud emprendedora de unas mujeres atentas y ambiciosas. Todo un ejemplo de gestión que ha convertido una barriada humilde en un ejemplo de progreso y calidad de vida gestionado desde la sencillez y la austeridad. Así crece Jerez, una ciudad construida desde sus barrios por sus vecinos.
En el año 2010, durante la legislatura de Pilar Sánchez, la barriada consiguió que se construyera un centro de barrio para poner al servicio la demanda de los vecinos. Desde entonces, se ha convertido en el motor de su actividad diaria. Las instalaciones cuentan con 353 metros cuadrados de ocupación, están dotadas de despachos, un trastero, una sala de usos múltiples, dos aulas de actividades y los aseos. Allí se congregan cuatro asociaciones: La Prosperidad de San José Obrero, La Unión de mayores de San José Obrero, la Asociación de mujeres Sal Marina y la Asociación de mujeres La Esperanza. Además, sirve para otras asociaciones de alrededores o para la comunidad de propietarios de los unifamiliares como la asociación Avenida de Europa y Santa Teresa.
Antonia Reyes, presidenta de este centro de barrio, lleva 12 años elevando altruistamente las demandas y necesidades de sus vecinos al Ayuntamiento. Reconoce sentirse con fuerza para continuar al frente otros tantos años más, sobre todo desde la llegada de Luis Neira como Vicepresidente sumándose a su causa. Su figura surgió para relevar la labor de una gestora junto a sus compañeras de la asociación Sal Marina reivindicando el espacio para los vecinos: "Fuimos las mujeres las que le dimos un nuevo impulso al barrio", reconoce con orgullo.
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Pero el centro de barrio no es solamente un lugar de ocio para sus vecinos. También es la voz que llega al Ayuntamiento de la ciudad para comunicar sus necesidades. Antonia Reyes tira de memoria para enumerar algunos de las mejoras: "Se ha creado la bolsa de aparcamientos, un parque infantil, varias zonas verdes, estábamos en semi-penumbra hasta que hace una semana han levantado cables por todas las calles y ahora hay quien se queja porque hay demasiada luz..."; lo que está por venir a corto plazo: " Se ha aprobado una zona de ocio saludable para hacer deporte al aire libre, se va a rebajar los pasos peatonales para minusválidos y se va a construir un instituto"; y lo que podría llegar más adelante: "Hemos pedido bancos para las paradas de autobuses, recuperar las marquesinas que nos quitaron, una rotonda frente al colegio, un aparcamiento para zonas colindantes, un parque canino o que se cambie el sentido de circulación de algunas calles para facilitar el tráfico".
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Desde hace un año, Antonia Reyes cuenta con el apoyo de Luis Neira, un vecino que se ha criado en el barrio y que ejerce como Vicepresidente del centro. Luis Neira se ha sumado a la causa en beneficio de la barriada, aunque reconoce que la base es mérito mayoritariamente gracias a la labor de la asociación de mujeres: "Ha ido a mejor porque una mujer ha estado al frente de la asociación de vecinos y esa mujer ha luchado porque las mejoras para el barrio sean importante".
En cuanto al trato recibido por parte del Ayuntamiento, si bien es cierto que cada equipo de gobierno gestiona con diferente intensidad la atención a las barriadas, San José Obrero puede presumir de haber sido atendido notablemente: "Estamos muy contentos con el equipo de gobierno actual puesto que cada vez que les llamamos para que nos solucionen un problema, aun sabiendo la situación económica del Ayuntamiento, se están volcando, no solamente nos escuchan sino que además lo solucionan", asegura el Vicepresidente.
En definitiva, una barriada que ha pasado de la precariedad a la prosperidad en apenas unos años dirigidas por la actitud emprendedora de unas mujeres atentas y ambiciosas. Todo un ejemplo de gestión que ha convertido una barriada humilde en un ejemplo de progreso y calidad de vida gestionado desde la sencillez y la austeridad. Así crece Jerez, una ciudad construida desde sus barrios por sus vecinos.
