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Fallece en el Zoo húngaro de Sosto la elefanta Buba
El Zoobotánico de Jerez recuerda los años en que Buba vivió en Jerez
Desde el Zoobotánico de Jerez lamentamos comunicar el fallecimiento de un animal emblemático como fue la elefanta Buba. Recientemente, hemos recibido la triste noticia de su muerte en el zoo de Sosto (Hungría) en donde se encontraba desde el año 2011.
El delegado de Protección y Bienestar Animal, Rubén Pérez ha manifestado al respecto que “la muerte de animales emblemáticos como Buba representa una gran pérdida para el Zoo y con toda seguridad, para el de Sosto, en donde pasó sus últimos años. Su recuerdo permanecerá en la mente de muchas generaciones que han crecido con nuestra querida Buba”.
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El hecho ocurrió el pasado viernes, día 17 de Marzo cuando se encontraba en el recinto exterior junto al macho reproductor y una hembra reproductora con dos crías (macho y hembra). Por causas que se desconocen, el macho atacó repentinamente a Buba provocándole graves lesiones que acabaron en breve con su vida.
Los elefantes son animales sociales que establecen jerarquías claramente definidas cuando se encuentran en grupo. El comportamiento agresivo hacia personas, y como es el caso, hacia otros elefantes es un hecho relativamente frecuente, especialmente durante la época de celo de los machos. En este periodo, denominado “must”, los machos aumentan hasta 60 veces su producción de testosterona y presentan a menudo un comportamiento altamente agresivo e imprevisible.
Un caso similar ocurrió hace unos años en el Zoo de Cabárceno, donde el macho reproductor atacó y mató a una hembra procedente del zoo de Madris. También se han registrado sucesos similares en otros grupos de elefantes, aunque normalmente las heridas no son tan graves como para terminar en un desenlace fatal.
La elefante Buba llegó al Zoológico, el 11 de marzo de 1988, procedente del Parque Nacional de Etosha en Namibia (África).
Los elefantes necesitan mucho espacio para vivir, así que en la reserva donde vivían, debían de hacer una caza selectiva y de esta forma quitar a 14 crías. En el zoo se tuvo noticias de ello y, José Miguel Cantos, director en esos años, se propuso salvar a una de las crías. Desde Lisboa se repartieron los ejemplares por toda Europa, y entre ellos, estaba Buba.
El proyecto no fue fácil y hubo que pedir ayuda a muchas empresas de Jerez, que se sumaron al sueño y, colaboraron para traer al parque, por primera vez en su historia, a un “elefante africano”.
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Nada mas llegar los niños le pusieron nombre, a través de un concurso. “BUBA”, fue el elegido. Todos hemos disfrutado y aprendido con ella, vivió con nosotros más de 25 años, pero se hizo mayor y le llegó la hora de ser madre.
Ese fue el motivo por el que se trasladó a Hungría, donde se unió a un grupo reproductor, siguiendo las directrices del coordinador de la especie.
En el viaje a Hungría, Buba estuvo acompañada, en todo momento, por un cuidador del Zoo, Juan Caballero, que hizo con ella un largo viaje y no volvió hasta dejarla instalada y bien atendida.
Cabe recordar que antes de su partida se celebró en el zoo una gran fiesta de despedida a la que vinieron miles de personas y, que desde entonces existe junto a la que fue su instalación una escultura que la recuerda.
Todo el equipo del Zoobotánico ha recibido con consternación la noticia del fallecimiento de Buba, muy querida por todos.
El Zoobotánico de Jerez recuerda los años en que Buba vivió en Jerez
Desde el Zoobotánico de Jerez lamentamos comunicar el fallecimiento de un animal emblemático como fue la elefanta Buba. Recientemente, hemos recibido la triste noticia de su muerte en el zoo de Sosto (Hungría) en donde se encontraba desde el año 2011.
El delegado de Protección y Bienestar Animal, Rubén Pérez ha manifestado al respecto que “la muerte de animales emblemáticos como Buba representa una gran pérdida para el Zoo y con toda seguridad, para el de Sosto, en donde pasó sus últimos años. Su recuerdo permanecerá en la mente de muchas generaciones que han crecido con nuestra querida Buba”.
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El hecho ocurrió el pasado viernes, día 17 de Marzo cuando se encontraba en el recinto exterior junto al macho reproductor y una hembra reproductora con dos crías (macho y hembra). Por causas que se desconocen, el macho atacó repentinamente a Buba provocándole graves lesiones que acabaron en breve con su vida.
Los elefantes son animales sociales que establecen jerarquías claramente definidas cuando se encuentran en grupo. El comportamiento agresivo hacia personas, y como es el caso, hacia otros elefantes es un hecho relativamente frecuente, especialmente durante la época de celo de los machos. En este periodo, denominado “must”, los machos aumentan hasta 60 veces su producción de testosterona y presentan a menudo un comportamiento altamente agresivo e imprevisible.
Un caso similar ocurrió hace unos años en el Zoo de Cabárceno, donde el macho reproductor atacó y mató a una hembra procedente del zoo de Madris. También se han registrado sucesos similares en otros grupos de elefantes, aunque normalmente las heridas no son tan graves como para terminar en un desenlace fatal.
La elefante Buba llegó al Zoológico, el 11 de marzo de 1988, procedente del Parque Nacional de Etosha en Namibia (África).
Los elefantes necesitan mucho espacio para vivir, así que en la reserva donde vivían, debían de hacer una caza selectiva y de esta forma quitar a 14 crías. En el zoo se tuvo noticias de ello y, José Miguel Cantos, director en esos años, se propuso salvar a una de las crías. Desde Lisboa se repartieron los ejemplares por toda Europa, y entre ellos, estaba Buba.
El proyecto no fue fácil y hubo que pedir ayuda a muchas empresas de Jerez, que se sumaron al sueño y, colaboraron para traer al parque, por primera vez en su historia, a un “elefante africano”.
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Nada mas llegar los niños le pusieron nombre, a través de un concurso. “BUBA”, fue el elegido. Todos hemos disfrutado y aprendido con ella, vivió con nosotros más de 25 años, pero se hizo mayor y le llegó la hora de ser madre.
Ese fue el motivo por el que se trasladó a Hungría, donde se unió a un grupo reproductor, siguiendo las directrices del coordinador de la especie.
En el viaje a Hungría, Buba estuvo acompañada, en todo momento, por un cuidador del Zoo, Juan Caballero, que hizo con ella un largo viaje y no volvió hasta dejarla instalada y bien atendida.
Cabe recordar que antes de su partida se celebró en el zoo una gran fiesta de despedida a la que vinieron miles de personas y, que desde entonces existe junto a la que fue su instalación una escultura que la recuerda.
Todo el equipo del Zoobotánico ha recibido con consternación la noticia del fallecimiento de Buba, muy querida por todos.
